El municipio de Larva se encuentra en un lugar estratégico entre el Parque Natural de Sierra Mágina y el Parque Natural de la Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas en la provincia de Jaén.
Este pueblo de apenas 500 habitantes, llegó a tener en el siglo pasado más de 2.000 vecinos que, como en muchos otros pueblos de interior, sufrió una merma demográfica debido a la emigración, convirtiéndose en un de los más pequeños pueblos de la provincia.
Se trata de un entorno rural típico de sierra, pero que dada su diversidad natural y cultural se convierte en un lugar privilegiado dentro de la comarca de Sierra Mágina.
La Sierra de Larva, a la que da nombre el municipio, nace a sus espaldas, de pronunciadas laderas y vegetación autóctona mediterránea, de matorral y pino.
Desde su punto más alto, el Cerro de los Picones a 1.144 metros, hacia el norte se divisan hermosas panorámicas de sus campos, de las ciudades de Úbeda y Baeza, y las comarcas de Sierra Mágina y Cazorla.
En zonas no ocupadas por el cultivo del olivar, las atochas imponen su impronta y en zonas de degradación del encinar aparecen tomillares y romerales.
A lo largo de las últimas décadas, el paisaje de Larva ha ido cambiado según las necesidades de sus vecinos.
Los campos de Larva originariamente estaban ocupados por grandes cultivos de cereal siendo este el principal sustento de alimento para sus aldeanos.
Con el paso del tiempo el paisaje estepario ha sufrido una gran transformación dejando paso al cultivo del olivar y ocupando la mayor superficie destinada al uso agrícola, pasando a un segundo nivel el cereal.
Esta villa de la provincia de Jaén se caracteriza por tener un clima mediterráneo continental semidesértico, de inviernos fríos y húmedos y veranos calurosos y secos, de escasas precipitaciones anuales que oscilan entre lo 400mm dando lugar a grandes torrenteras y barrancos que conforman un paisaje árido.
El paisaje de Larva ofrece un contraste ecológico distinto a la generalidad de la comarca como se ha indicado anteriormente. Es el menos forestal, exceptuando algunas zonas de pinos y matorral de romero y tomillo.
Los mamíferos más representativos son el jabalí, la cabra montés, la liebre, el conejo y el zorro. Son abundantes algunas rapaces, como el águila real, el halcón peregrino, el águila perdicera y el águila culebrera. También hay aves esteparias como el alcaraván o la ortega, y anfibios y reptiles como el sapo común y la culebra viperina.